Navarre Beach, Florida, ubicada en la costa del Panhandle de Florida, está directamente expuesta al Golfo de México, lo que la hace altamente vulnerable a los impactos perjudiciales de los huracanes. Estos pueden incluir vientos destructivos fuertes, marejadas ciclónicas potencialmente devastadoras y frecuentes eventos de relámpagos. Su ubicación costera también significa que es altamente susceptible a inundaciones tanto por marejadas ciclónicas como por fuertes lluvias asociadas con los huracanes. Además, la relativamente baja elevación de la ciudad puede exacerbar el riesgo de inundaciones. En consecuencia, se puede esperar un daño significativo a la infraestructura y propiedad, así como la interrupción de las actividades económicas locales, como el turismo y la pesca, de los principales eventos de huracanes. Históricamente, Navarre Beach ha presenciado varios huracanes y inundaciones agresivas durante los últimos 30 años. El huracán Opal en 1995, Ivan en 2004, y Dennis en 2005 estuvieron entre los más severos, trayendo consigo extensas inundaciones y destrucción. En particular, en 2004, el huracán Ivan causó daños significativos, con sus altas marejadas ciclónicas y vientos poderosos que llevaron a daños extensos en propiedades e infraestructuras. Del mismo modo, el impacto de estos huracanes enfatizó la vulnerabilidad del área a estos intensos eventos climáticos y subrayó la importancia de una preparación adecuada, infraestructura resistente, sistemas efectivos de manejo de inundaciones y planes de evacuación integrales.