La distancia relativa de Sebring, Florida, desde la costa le permite cierta protección contra el impacto directo de los huracanes, sin embargo, no se debe subestimar la amenaza de los sistemas tropicales terrestres o los remanentes de huracanes que llegan a la Florida central. Estos remanentes pueden traer fuertes lluvias que conducen a problemas de inundaciones, especialmente teniendo en cuenta que Sebring es una zona de baja altitud y tiene muchos lagos de agua dulce, lo que puede aumentar la vulnerabilidad de la ciudad a las inundaciones. Es importante destacar que, aunque Sebring está a unas 50 millas tierra adentro de las costas del Golfo y del Atlántico, esto no significa que esté a salvo de los vientos del huracán; las fuertes ráfagas de viento aún pueden causar daños estructurales a los edificios y derribar árboles y líneas de energía, resultando en cortes de luz y posiblemente bloqueando carreteras. Históricamente, Sebring ha sido impactada por importantes huracanes, notablemente el huracán Charley en 2004, que produjo ráfagas de viento de hasta 85 millas por hora en varias áreas del interior de Florida, incluyendo Sebring. Aunque el peor daño del viento fue relativamente localizado, la tormenta dejó a muchos residentes de Sebring sin electricidad durante una semana. En 2017, el huracán Irma también impactó la región con fuertes vientos, fuertes lluvias e inundaciones, resaltando una vez más la importancia de las preparaciones para huracanes para los residentes de Sebring. El daño económico de estas tormentas fue significativo, y la recuperación llevó mucho tiempo. Por lo tanto, aunque la distancia relativa de Sebring desde la costa proporciona cierto nivel de protección contra las marejadas y los impactos más catastróficos de los huracanes, la ubicación interior de la ciudad y la topografía local la hacen vulnerable a fuertes lluvias, inundaciones y daños por el viento causados por sistemas tropicales y huracanes.