Ponce Inlet es un pueblo situado directamente en la costa del Atlántico en el condado de Volusia, Florida y, como tal, es altamente vulnerable a los impactos de un huracán. La situación geográfica del pueblo justo en el borde del agua, junto con su elevación relativamente baja (meramente 10 pies en promedio), lo predispone a posibles marejadas ciclónicas, inundaciones costeras, fuertes lluvias y altas velocidades de viento que son características típicas de los huracanes. Por lo tanto, los residentes y autoridades de Ponce Inlet deben prepararse y planificar para tales eventos con el fin de minimizar los daños. Ha habido varias instancias de huracanes y tormentas tropicales que han impactado a Ponce Inlet durante las últimas tres décadas. Un caso notable incluye el Huracán Irma en 2017 que resultó en inundaciones significativas, cortes de energía y daños a la propiedad. Otro evento significativo fue el Huracán Floyd en 1999 que, aunque no tocó tierra, se sintieron sus efectos debido a grandes oleajes y mareas altas. La combinación de la topografía baja y la proximidad al océano amplifica el riesgo de marejada ciclónica, por lo tanto, los planes de evacuación adecuados, la construcción resistente a huracanes y el monitoreo activo de la actividad de los ciclones tropicales son esenciales para la seguridad y protección de este pueblo costero.