Odessa, Florida, situada en el condado de Pasco, se encuentra en estrecha proximidad a la Costa del Golfo y, por lo tanto, susceptible a las amenazas que suponen los huracanes. A pesar de su ubicación interior de aproximadamente 15 millas, la ciudad sigue estando en peligro de marejada ciclónica, vientos de alta intensidad, fuertes lluvias e inundaciones. Estas amenazas empeoran en una situación de huracán debido a la relativamente baja elevación de la ciudad, como máximo justo por debajo de 50 pies sobre el nivel del mar, lo que la hace propensa a inundaciones. La región alrededor de Odessa está salpicada de múltiples lagos y cuerpos de agua, que pueden desbordarse durante eventos de lluvia sustanciales, aumentando aún más el riesgo. Históricamente, Odessa ha estado en el camino de grandes huracanes y tormentas tropicales que han causado estragos en el Estado del Sol. El huracán Irma en 2017 tuvo un impacto significativo, causando inundaciones, daños por viento y cortes de energía en Odessa. Antes de eso, la ciudad fue profundamente afectada por la tormenta sin nombre en marzo de 1993, a menudo referida como la "Tormenta del Siglo". Esta tormenta causó fuertes inundaciones costeras a lo largo de la costa oeste del Golfo de Florida, que incluían áreas como Odessa. Adaptrse a estos riesgos incluye un plan de preparación integral que incorpora estrategias de evacuación, fortificación de infraestructuras y sistemas de advertencia y comunicación eficientes.